Nada me esa ajeno ni la sangre derramada del cátaro ni las penas de gnósticos olvidados. Me hierve la sangre con cada injustica y con cada opresión cometida. Soy victima en el horno crematorio y carne de la leña en inquisitorial. Soy con los perdores de la historia, con los despojados, con heridos y marginados. Cuando será que éste mundo sea común casa para todos, mesa de hermandad y hogaza de pan compartida.? Cuando será la justicia igual para todos, los que tienen todos y los que viven por sus manos. No quiero hacer de un credo una bandera ni una lanza contra enemigos, me siento hermano de todos y de todos quiero aprender a vivir. Aún teniendo Maestro a quien seguir no por eso rechazo a los otros desconocidos, ni ha los que en el mundo han sido. Siento que la sabiduría esta en todas la lenguas y en todos los hombres brilla una estrella de esperanza y de liberación. En mi jardín esta el judío, y el musulman tambien, esta el hindú y todos antiguos credos
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Poesía en los aires
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